El padre de Oswaldo Guayasamín era un
indígena de ascendencia kichwa y su madre
(Dolores Calero) era mestiza. Su padre (José Miguel Guayasamín) trabajaba como
carpintero y, más tarde, como taxista y camionero. Oswaldo fue el primero de
diez hijos.
Su aptitud artística despierta a
temprana edad. Antes de los ocho años, hace caricaturas de los maestros y
compañeros de la escuela. Todas las semanas renueva los anuncios de la tienda
abierta por su madre. También vende algunos cuadros hechos sobre trozos de
lienzo y cartón, con paisajes y retratos de estrellas de cine, en la Plaza de
la Independencia.
A pesar de la oposición de su padre,
ingresa a la Escuela de Bellas Artes de Quito. Es la época de la "guerra
de los cuatro días", un levantamiento cívico militar, en contra del
gobierno de Arroyo del Río. Durante una manifestación, muere su gran amigo
Manjarrés. Este acontecimiento, que más tarde inspirará su obra "Los niños
muertos", marca su visión de la gente y de la sociedad. Continúa sus
estudios en la Escuela y en 1941 obtiene el diploma de pintor y escultor, tras
haber seguido también estudios de arquitectura.
En 1942 expone por
primera vez a la edad de 23 años en una sala particular de Quito y provoca un
escándalo. La crítica considera esta muestra como un enfrentamiento con la
exposición oficial de la Escuela de Bellas Artes. Nelson Rockefeller, impresionado por la
obra, compra varios cuadros y ayuda a Guayasamín en el futuro. Entre 1942 y 1943 permanece seis
meses en EEUU. Con el dinero ganado, viaja a México, en donde conoce al maestro Orozco, quien acepta a
Guayasamín como asistente.
También entabla amistad con Pablo Neruda y un año
después viaja por diversos países de América Latina, entre ellos Perú, Brasil,
Chile, Argentina y Uruguay, encontrando en todos ellos una sociedad indígena
oprimida, temática que, desde entonces, aparece siempre en sus obras. En sus
pinturas posteriores figurativas trata temas sociales, actuó simplificando las
formas. Obtuvo en su juventud todos los Premios Nacionales y fue acreedor, a
los 36 años, del Gran Premio en la III Bienal
Hispanoamericana de Arte, que se llevó a cabo en 1955 en Barcelona1 y más tarde del
Gran Premio de la Bienal de Sao Paulo.
Es elegido presidente de la Casa de la
Cultura Ecuatoriana en 1971. Sus obras han sido
expuestas en las mejores galerías del mundo: Venezuela, Francia, México, Cuba, Italia, España, EE. UU., Brasil,
Colombia, Unión Soviética, China, entre otros. En 1976 crea la
Fundación Guayasamín, en Quito, a la que dona su obra y sus colecciones de
arte, ya que concibe el arte como un patrimonio de los pueblos.
En 1978 es nombrado
miembro de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, de España, y un
año después, miembro de honor de la Academia de Artes de Italia.
En 1982 se inaugura en el Aeropuerto de
Barajas un mural de 120 metros pintado por Guayasamín. Ese gran mural,
elaborado con acrílicos y polvo de mármol, está dividido en dos partes: una de
ellas dedicada a España y la otra a Hispanoamérica.
El 28 de octubre de 1992 recibe el
título de Doctor Honoris Causa por parte de la Facultad de Arquitectura y Artes
de la Universidad Nacional Pedro Henríquez
Ureña (UNPHU).
Sus últimas exposiciones las inauguró
personalmente en el Museo del Palacio de Luxemburgo, París y en el Museo Paláis
de Glace en Buenos Aires, en 1995. Logró exponer en
museos de la totalidad de las capitales de América, y muchos países de Europa,
como en San Petersburgo (Hermitage), Moscú, Praga, Roma, Madrid, Barcelona y
Varsovia.
Realizó unas 48 exposiciones
individuales y su producción fue muy fructífera en pinturas de caballete,
murales, esculturas y monumentos. Tiene murales en Quito (Palacios de Gobierno
y Legislativo, Universidad Central, Consejo Provincial); Madrid (Aeropuerto de
Barajas); París (Sede de UNESCO); Sao Paulo (Parlamento Latinoamericano en el
Memorial de América Latina); Caracas (Centro Simón Bolívar). Entre sus
monumentos se destacan "A la Patria Joven" (Guayaquil, Ecuador);
"A La Resistencia" (Rumiñahui) en Quito.
Su obra humanista, señalada como
expresionista, refleja el dolor y la miseria que soporta la mayor parte de la
humanidad y denuncia la violencia que le ha tocado vivir al ser humano en este
monstruoso Siglo XX marcado por las guerras mundiales, las guerras civiles, los
genocidios, los campos de concentración, las dictaduras, las torturas.
Guayasamín fue amigo personal de
importantes personajes del mundo, y ha retratado a algunos de ellos, como Fidel Castro y Raúl Castro, François y Danielle
Mitterrand, Pablo Neruda, Gabriel García
Márquez, Rigoberta Menchú, Mercedes Sosa, el rey Juan Carlos de
España, la princesa Carolina de Mónaco, entre otros.
Recibió varias condecoraciones
oficiales y doctoradas Honoris Causa de universidades de
América y Europa. En 1992 recibe el premio Eugenio Espejo, máximo
galardón cultural que otorga el gobierno de Ecuador.
A partir de 1995 inició en Quito su
obra más importante, el espacio arquitectónico denominado "La Capilla del
Hombre", a la cuál le dedica todo su esfuerzo. Falleció el 10 de marzo de
1999, en Baltimore (Estados Unidos), aún sin ver finalizado este proyecto.
Ese mismo año se reconoció su labor, de
forma póstuma, con: el reconocimiento como "Pintor de Iberoamérica", el Premio
Internacional José Martí.
PINTURAS:
EL GUITARRISTA
Cabeza de Montaña
PINTURAS:
EL GUITARRISTA
Osvaldo Guayasamín en esta obra resume el permanente dolor y sufrimiento de los pueblos
Ese dolor lo exteriorizan al mundo a través de su canto lleno de lamento y poder desgarrador.
Este ritmo flamenco se origina en su pecho y que al salir al medio ambiente que lo rodea va acompañado de tragedia y dolor. A ello se une la guitarra que es su eterno acompañante.
Junto a los toreros van los gitanos en una simbiosis de dramatismo y dolor. Guayasamín amante de la tauromaquia los acoge, los admira y respeta y por ello pinta su realidad en el año de 1977.
Cabeza de Montaña
Obra perteneciente a la serie La Edad de la Ira. Esta obra es el fiel reflejo de Los Andes americanos, tiene el perfil del volcán Pichincha donde a sus pies se extiende la ciudad de Quito. También tiene el perfil de un hombre caído.
El artista nos convoca a meditar ¿que pasaría si el volcán hace erupción? Y la respuesta es que la ciudad de Quito desaparecería por los efectos de la lava.
Y a la vez ¿Qué pasaría si ese hombre que se encuentra caído producto de la explotación de siglos se levantaría para reivindicar sus derechos a ser tratado como ser humano y no como en la actualidad un animal de carga que tiene la obligación de trabajar en beneficio ajeno? Lo que pasaría es que no quedaría piedra sobre piedra, símbolo de una sociedad capitalista, inhumana e injusta.
Aunque el cuadro parece un paisaje, este lleva un profundo mensaje humano y es el reflejo del momento histórico que vive nuestra América. Esta obra óleo sobre tela la pinta en el año de 1974.
Las manos de la Protesta
En sus obras siempre trata sobre temas sociales, refleja el dolor y la miseria que soporta la mayor parte de la humanidad y denuncia la violencia que le ha tocado vivir al ser humano, las guerras civiles, los genocidios, los campos de concentración, las dictaduras, las torturas, el hambre .. la desigualdad, la no-tolerancia, representaba la lucha, la esperanza y la reivindicación de los más humildes, víctimas de la humillación y el abuso por parte de los organismos de poder. Él fue un exponente de la lucha contra el colonialismo.
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