miércoles, 11 de enero de 2017

Eduardo Kingman Riofrío


(Loja, 1913 - Quito, 1998) fue un pintor ecuatoriano.
Hijo segundo del Dr. Edward Kingman y de doña Rosa Riofrío, fue matriculado en la escuela anexa al normal Juan Montalvo donde realizó la primaria, pero como dibujaba desde niño, al terminar el primer curso de secundaria en el Mejía decidió cambiarse a la Escuela de Bellas Artes.
En 1933 expuso con Antonio Bellolio en la última muestra de Allere Flamma, al año siguiente hizo varios cuadros que vendió en el salón municipal “Mariano Aguilera” de Quito.
En junio del 46 expuso en el Museo de San Francisco. La revista Time, le coloca entre los grandes pintores de Hispanoamérica, luego fue a Nueva York y expuso en la Unión Panamericana de Washington. En el l 49 expuso en el Museo de Arte Colonial, veintiséis oleos con motivos populares y colores frescos, briosos, alegres. En el 55 expuso en Guayaquil. El 56 en Bogotá y en Caracas. Para el 74 había expuesto en la Maxwell Galleries de San Francisco.
Reconocimientos
En 1953 obtuvo el I premio del quinto salón de Artes Plásticas. El 59 ganó el Primer premio en el “Mariano Aguilera” con “Yo el prójimo”, visión aterradora de un mundo en crisis. El 73 le fue concedida la medalla al mérito Artístico de la Municipalidad de Guayaquil y el 75 la condecoración Nacional al Mérito con el grado de Comendador.
Tendencia artística
Su carrera comenzó como pintor expresionista por sus ideas político-sociales. El tema del dolor y maltrato indígena, ocupará en gran parte la tendencia de este artista. Se hizo célebre por las grandes y poderosas manos de sus personajes, símbolo desasosegado de fuerza. El tema de las manos, se repite en casi todos sus cuadros, esto le ha ganado la reputación de ser “el pintor de las manos”.


PINTURAS:
Estas manos estan atadas podríamos decir que es el resultado realizado del trabajo forzado y que llaman por una libertad justa.











Fin de Fiesta 194
Fin de fiesta este es una realidad que todavía persiste en algunas comunidades los esposos por lo general toman hasta emborracharse y se quedan tirados en el camino y las mujeres tienen que esperar hasta que se despierten.


La Hora Obsura 1965
Esta pintura nos demuestra el maltrato al indígena que solía ser con frecuencia en las haciendas, las marcas causadas por el látigo son el recuerdo de un mundo lleno de injusticia. Tránsito Amaguaña en una de sus entrevistas expreso "Los patrones una lástima pegaban a los indígenas desnudos".

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